CONOCIENDO AL SEÑOR DE LOS VENENOS

CONOCIENDO AL SEÑOR DE LOS VENENOS

Por Kevin Dirienso Poter - @kevindpoter

Dueño de una forma de escribir igual de explicita que atrapante, Enrique Symns se transformó en el bastión del periodismo de trinchera. Ese que le escapa a las reglas, que huye de lo establecido pero que siempre se acerca a lo barrial. El perfume de las calles, su impronta y todo eso hacen de la literatura, mejor dicho de la escritura de Enrique un elixir para quien prefiere lo real de lo intangible. A simple ojeada puedo afirmar que Symns escribe como vive: al límite.

He leído varios de sus libros, no todos debido a la dificultad que se presenta al buscarlos. Muchos de ellos están agotados y otros tantos no se editaron nunca más. Aún así, en los que sí he leído, el lenguaje vulgar mezclado con la belleza más pura de esas metáforas que solo este autor tiene, hacen de sus obras mundos atrapantes. Me animo a decir que Symns es nuestro Charles Bukowski. Ferreo defensor del "realismo sucio", del que Bukowski es abanderado, Symns entre periodismo y relatos de no ficción ha llenado libros, diarios y revistas de textos imborrables.

Luego de una larga y bien vivida experiencia en el exterior (Brasil, Holanda, España) donde el tráfico de drogas (y su consumo), el robo y el vagabundeo eran moneda corriente, retorno a Buenos Aires empapado del primer mundo. De lo suburbano del primer mundo. Y fue ahí, al término del Proceso (dictadura) que el germen Symns se volcó al periodismo específico de la cultura urbana y el under porteño. En 1983 fundó la revista Cerdos & Peces, pionera en ese periodismo reo, alejado de los convencionalismos y repleta de artículos absurdos pero igualmente bellos. Su fundación fue parte del proceso de "apertura" luego de la gran censura sufrida durante la dictadura militar que sufrió nuestro país durante 1976 hasta 1983. Si bien, al principio fue un suplemento anexo o una sección cultural del diario El Porteño, su rápida popularidad y su gran aceptación del público urgido de nuevas cosas, lograron independizarla desde 1984. La "Cerdos & Peces" fue un hito cultural,  sus números en la actualidad son muy buscados por los coleccionistas que la consideran material de culto. Y así lo es, tanto que en el año 2011, la editorial que maneja los derechos de Symns, El Cuenco de Plata, lanzó un libro recopilatorio con las mejores notas publicadas en la revista durante su existencia.


Por su manera de escribir, basado en el uso de técnicas propias de la literatura de ficción en el periodismo, se lo conoce como una de las personas más influyentes en el estilo de lo que se llama periodismo "gonzo". A lo largo de su trayectoria, este gran periodista que ni siquiera fue a la escuela, ha logrado muchos cargos importantes dentro de diversos medios. Además de su trabajo en Argentina, Symns se radicó en Chile durante media década (1998 - 2003) donde siguió haciendo de las suyas, fundando el diario "The Clinic" y colaborando con diversos medios.

Pero no todo es periodismo. Además de su profesión ligada al 4to poder, Symns fue monologuista y un personaje reconocidísimo de la escena rockera, sobre todo under, de la década del 80. Participando activamente durante los primeros años de Los Redonditos de Ricota, Sumo, Los Piojos y La Bersuit Vergarabat, entre otros. Además, dada sus aptitudes fue biógrafo de Fito Paez y Jorge Gonzalez vocalista de la banda chilena Los Prisioneros (con la que termino muy peleado), entre otras como Los Tres, banda del país trasandino.

Su obra más reconocida, tal vez, sea su "autobiografía" publicada en 2004 bajo el título "El Señor de los Venenos", un libro al que le debemos hacer un punto y aparte. Esta obra la recomiendo de antemano. Es la mejor manera de conocer a Enrique y su prosa filosa. Leer "El Señor de los Venenos" es entrar en un mundo aparte, apestoso y maravilloso en iguales proporciones. La manera de Symns de desarrollar su historia, que nunca parece del todo real, te sumerge en las calles de San Telmo, Constitución, La Boca. Te traslada a los morros de Brasil y te pasea brevemente por las prolijas calles de Amsterdam, antes de depositarte en el frío y cementoso Santiago de Chile. Un relato completo y lleno de imágenes que hacen conocer la no historia de Symns desde sus propios ojos.

Si tuviera que destacar su obra, en primer lugar pongo su autobiografía y además destaco un trinomio: “La vida es un Bar” editado en el año 2002; “Big Bad City” editado en 2006 y la recopilación realizada por Rodolfo Palacios titulada “Fantasmas de Luz” editado en el año 2019. Con estos textos es suficiente para entender para donde va Symns y de donde viene, pese a no venir de ningún lado.

Sus crónicas tienen la impronta de quien ve la vida con ojos cansados pero críticos. Su forma de ser no encaja en lo tradicional y su constante búsqueda roza lo inverosímil. Tal es así que mucho de sus artículos son inventados y carecen de un background que lo avale, pero están tan bien escritos que por años la gente ha creído que los notables conferencistas o esos reconocidos psicoanalistas entrevistados por Symns bajo alguno de sus pseudónimos eran reales, pero no. Tan bueno es Enrique escribiendo que paraliza tu alrededor y aunque te este mintiendo, esa mentira es la verdad más absoluta de todas.

Durante sus años más activos fue una víctima más de la adicción a las drogas, más específicamente a la cocaína lo que no solo le trajo problemas de salud, sino que le ha cerrado las puertas de la “elite” periodística y careta de nuestro país. Symns no encaja, nunca quiso hacerlo, pero cuando te llega nunca se va. Y es tal vez, su forma de vivir lo que lo ha llenado de experiencias para llenar página y páginas de anécdotas, experiencias y otras yerbas.

Desde relatos de lo más vulgares hasta entrevistas de lo más insólitas, pasando por poesías lisérgicas y crónicas más que pochocleras. Symns lo tiene todo menos fama y al fin y al cabo a quien le importa la fama. Seguro a Enrique Symns no.

Sin quererlo, tal vez, se convirtió en un ejemplo del nuevo periodismo en nuestro país. Alejado de ese tradicionalismo absurdo que al día de hoy sigue avejentando la profesión, Symns fue un adelantado y como todo loco adelantado… un incomprendido. Sus libros descansan en mi biblioteca luego de ser devorados, porque eso es lo que pasa con su material, lo devoras ferozmente y sus finales te dejan la nostalgia de un viaje que termina, abriendo los ojos a esa triste realidad en la que vivimos y de la que según Enrique somos eternos prisioneros. “Parece fácil morirse, pero es mentira. A mí me está costando".

Eso es Enrique Symns un personaje polémico, único y completamente autodestructivo. Su prosa es maldita y su vida una caja de sorpresas. Si nunca leíste su material, este humilde servidor te lo sugiere, créeme que algo dejará en vos. Te aconsejo también conseguir el poco material que hay de él a través de la editorial que lo mantiene en las repisas: El Cuenco de Plata.