ANTES QUE NADA: SER HUMANO.

ANTES QUE NADA: SER HUMANO.

Por Kevin Dirienso Poter - @kevindpoter

¿Qué está pasando? Nos están deshumanizando y lo estamos naturalizando. Elijo parafrasear al gran Orion Xl para arrancar esta nota. Ahí va.

Inconcebible por donde se lo mire. Estamos viviendo a lo lejos y gracias a la tecnología una guerra cruel. Una potencia que ataca a destajo a una pequeña nación que se defiende con lo que tiene. Militares profesionales engañados por su "jefe" contra gente normal que usa lo que tiene a mano para frenar la invasión a su tierra, a su democracia, a su país. Porque le pese a quien le pese, Ucrania tiene bandera, himno, su cultura y su democracia.

Parece mentira, pero a esta altura de la humanidad los locos como Putin siguen estando al poder y tienen bajo su dedo la decisión de millones de personas. Engañados o no, las tropas rusas han ingresado a un territorio que no les pertenece y a su paso se llevan la vida de personas inocentes y junto con ellas todo lo que está a su alrededor. Casas, colegios, edificios gubernamentales, hospitales y hasta monumentos. Todo eso se ha llevado la guerra hasta ahora, porque lo peor parece no haber acontecido aún.

Putin y su locura, al igual que Hitler en su momento, siguen todo esto desde un mundo paralelo. No le importa otra cosa que sus propios intereses y su últimas decisiones políticas y militares así lo demuestran. Carcel de hasta 15 años para lxs periodistas que digan la verdad y un acuerdo de "alto al fuego" no respetado. ¿Cómo es posible que tipos asi sigan al poder? Fácil, sembrando el miedo entre sus súbditos. Cada ciudadano ruso que protesta es llevado a prisión, no sin antes ser salvajemente golpeado. ¿Les suena este accionar?

Increíblemente hay personas que, muy a pesar de lo que sucede, aprovechan la movida para comparar situaciones y eligen poner a Ucrania en una posición ambigua por esos países que también están invadidos y parecen olvidados. La cuestión acá no es generar rivalidades. Ni a favor de Ucrania, ni en contra de Rusia. El tema es y tiene que ser contra la guerra. Debemos repudiar cualquier enfrentamiento bélico, ya que tenemos las "armas" y no literalmente hablando, para enfrentar y resolver los conflictos de otro modo. Sin perder vidas, edificios, ni generando millones de refugiados. Vivimos en un mundo globalizado y que al instante puede conocer lo que sucede a miles de kilómetros. No hay necesidad de inundar el cielo de bombazos.

Estuve presente el pasado domingo 6 de marzo en la marcha realizada de Plaza de Mayo al Obelisco. Una manifestación pacífica, de muchas personas pidiendo paz. Exigiendo el fin de una invasión injistificada. Personas que marcharon con hijos en los hombros, llena de criaturas, igual de pequeñas como las que pierden la vida por misiles de un lado y otro. Fui testigo de esas caras con ojos llorosos, de esa piel de gallina. Vuelvo a repetir, todos contra una guerra, no contra una nación.

Fui testigo también de esos gritos irrespetuosos de los mismxs infradotadxs de siempre. Cagonxs que desde algún vehículo esbozaban los "aguante Putin" o los "payasos". ¿Se puede ser tan imbecil? Al parecer si. Que poca memoria tiene la gente y que ganas de faltar el respeto.

En fin, la marcha sirve para acompañar de algún modo un reclamo, un momento y hacer visible que con mucho o poco somos, antes que rusos, ucranianos o argentinos, seres humanos. Y no hay que olvidarse nunca de esto, ya que pareciera ser la única manera de frenar a los dictadores como Putin y toda su calaña.